Manuel Sánchez
El 21 de agosto de 2015 tuve el honor de conformar el panel de graduadxs “Exactas en 5 décadas” por los 150 años de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires -FCEN-UBA-. En dicho encuentro, compartí el panel con cuatro graduadxs; Martín Giurfa disertó como representante de la década del 80. Martín fue el presidente del centro de estudiantes de Exactas -CECEN- durante el período 1984-1985. Con el impulso del epistemólogo Gregorio Klimovsky como decano y con el del neurobiólogo Héctor Maldonado como director del Departamento de Biología, el CECEN tuvo un papel clave en la democratización y renovación de la Facultad luego de la última dictadura cívico-militar-clerical.
Uno de los ejes que más polémica mediática e interna suscitó fue la propuesta de que lxs estudiantes evalúen a sus docentes mediante una encuesta obligatoria al final de la cursada. La primera experiencia de evaluación se realizó en los cursos del segundo semestre de 1984, dentro del Departamento de Biología, y seis años después, en 1991, se generalizó en toda la FCEN-UBA con el proyecto que presentó el consejero por el claustro de profesores Alberto Kornblihtt, ex alumno del CNBA, destacado biólogo molecular argentino y destacado docente. Como el cuestionario estaba dirigido a “(…) a poner en evidencia los vicios más notorios de muchos profesores: desde la falta de actualización científica o la enseñanza dogmática e incluso el desprecio hacia los estudiantes (…)”1, la respuesta no se hizo esperar. Una cuantiosa cantidad de notas periodísticas en diarios como La Nación, Ámbito Financiero e incluso la revista Gente, se indignaron con dicha propuesta, llegándola a clasificar como “terrorismo intelectual”. Sin embargo, no pudieron frenar el proceso que hoy sigue vigente y que permite, a pesar de malos augurios, mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, del cual fui testigo en mis años como docente de la FCEN.
En la actualidad el sistema de encuesta es público y abierto y se puede consultar cómo lxs estudiantes evaluaron a sus docentes por materia y a lo largo del tiempo. Además, los resultados acumulados muestran patrones que pueden ser utilizados en los concursos docentes, ya que, en el caso de Exactas, se accede a los cargos docentes por concurso de antecedentes y prueba de oposición.
Uno de los ejes que más polémica mediática e interna suscitó fue la propuesta de que lxs estudiantes evalúen a sus docentes mediante una encuesta obligatoria al final de la cursada. La primera experiencia de evaluación se realizó en los cursos del segundo semestre de 1984, dentro del Departamento de Biología, y seis años después, en 1991, se generalizó en toda la FCEN-UBA con el proyecto que presentó el consejero por el claustro de profesores Alberto Kornblihtt, ex alumno del CNBA, destacado biólogo molecular argentino y destacado docente. Como el cuestionario estaba dirigido a “(…) a poner en evidencia los vicios más notorios de muchos profesores: desde la falta de actualización científica o la enseñanza dogmática e incluso el desprecio hacia los estudiantes (…)”1, la respuesta no se hizo esperar. Una cuantiosa cantidad de notas periodísticas en diarios como La Nación, Ámbito Financiero e incluso la revista Gente, se indignaron con dicha propuesta, llegándola a clasificar como “terrorismo intelectual”. Sin embargo, no pudieron frenar el proceso que hoy sigue vigente y que permite, a pesar de malos augurios, mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, del cual fui testigo en mis años como docente de la FCEN.
En la actualidad el sistema de encuesta es público y abierto y se puede consultar cómo lxs estudiantes evaluaron a sus docentes por materia y a lo largo del tiempo. Además, los resultados acumulados muestran patrones que pueden ser utilizados en los concursos docentes, ya que, en el caso de Exactas, se accede a los cargos docentes por concurso de antecedentes y prueba de oposición.
Mientras redacto esta reflexión se cumplen 100 años de la Reforma Universitaria. Repensarla nos obliga a considerar y tener en cuenta la participación de lxs estudiantes en toda la vida académica, principalmente en aquellos aspectos que hacen a la calidad de la propuesta pedagógica que reciben. En ese sentido considero necesaria una discusión dentro del CNBA para implementar un sistema de evaluación de los profesorxs por parte de los alumnxs. Ellxs son actores/actrices claves en el proceso de enseñanza aprendizaje y por lo tanto deben evaluar los aspectos pedagógicos de las materias que cursan. Por su importancia, la misma debería ser obligatoria.
Encuesta propuesta para el CNBA (adaptada de FCEN-UBA)
Las respuesta a cada afirmación se hará con una escala Likert: No sabe/no contesta (Ns/Nc) y con cinco posibles grados: muy en desacuerdo (1), en desacuerdo (2), ni de acuerdo ni en desacuerdo (3), de acuerdo (4) y muy de acuerdo (5). Para cada afirmación se promediarán los resultados de todxs lxs estudiantes que estarán obligados a completar la encuesta entre el fin de cursada luego de que le profesxr haya entregado las notas en diciembre. Les profesores conocerán sólo los resultados promedios en marzo del año siguiente. Se recomienda que la encuesta sea online y que los resultados los administren lxs Jefxs de Departamento junto con un integrante del equipo directivo.
Profesor/a
1- Asiste normalmente a clases
2- Cumple con los horarios establecidos
3- Mantiene un trato adecuado con sus alumnxs
4- Parece dominar la materia que imparte
5- Sus clases están bien organizadas
6- Explica con claridad
7- Varía las estrategias de enseñanza para asegurar la comprensión, aclarar dudas o atender necesidades individuales
8- Responde con exactitud y precisión a las preguntas que se le hacen
9- Intenta que los alumnos participen en clase
10- Acepta la crítica fundamentada
11- Utiliza en clase material didáctico que ayuda a comprender las explicaciones
12- Incorpora la perspectiva de género en sus clases
Materia
13- Los exámenes se ajustaron a los contenidos programados
14- Las consignas de los exámenes fueron claras y precisas
15- Las correcciones me orientaron para superar dificultades
16- Los notas con las que fui calificado reflejan mi desempeño en la materia
17- Pude conocer y comentar los criterios de valoración del examen
18- Las clases siguieron el programa de la materia
19- La bibliografía fue adecuada para comprender los temas
20- Considero que los conocimientos adquiridos en esta materia son relevantes para mi formación
Referencias
1. Revista La Ménsula, diciembre de 2014, Año 8 - Nº 20. Disponible en: http://digital.bl.fcen.uba.ar/download/mensula/mensula_n020.pdf
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