8 de mayo de 2022

Discurso de entrega de diplomas 5to. 2019- 6to. 2020 Turno Tarde a cargo del profesor Manuel Sánchez (Departamento de Biología)

Hoy es un día muy especial, no tanto, diría yo, por su graduación, que ocurrió para la mayoría en 2019 si terminaron en quinto o en el 2020 para quienes hicieron sexto.

Tampoco pienso que estemos celebrando su ingreso al mundo de los adultos, ya de ello se desprendería que estamos considerando a la adolescencia como una etapa incompleta, un simple estado intermedio, una etapa amorfa que necesita ser formada, moldeada. Y en esa asunción, a veces implícita en estos rituales, quizás se escondan algunos de los grandes desafíos que tenemos como educadores: el de reconocer a nuestros jóvenes como iguales, no tanto por los saberes específicos de las disciplinas que enseñamos, sino en su humanidad en el sentido más profundo e íntegro de la palabra.

Dicho esto, considero que hoy es un día de celebración, pero por nuestro reencuentro. Por simplemente volver a vernos, escucharnos, reírnos, rememorarnos, luego de años tan difíciles. Por un reencuentro en donde quizás resignifiquemos experiencias pasadas, en donde tal vez también, supongo, sus familias terminen de cristalizar la culminación formal de un período de mucho esfuerzo y dedicación. Pero por sobre todas las cosas, espero que esta jornada promueva la consolidación de recuerdos que nos sirvan como brújulas para el futuro. Como una especie de ancla en la memoria para retener las experiencias y aprendizajes significativos que se llevan de su recorrido como estudiantes del CNBA.

¿Qué atesoraré como recuerdo de esta cohorte? Si tuviese que mencionar dos características que los describen diría: por un lado, su avidez por el conocimiento, en todas sus formas, colores y sabores; y por el otro, su espíritu crítico. Dos capacidades, sin lugar a dudas, indispensables para afrontar la complejidad del mundo en el que vivimos, y que les deseo fuertemente que conserven y ejerciten de manera constante, ya que seguramente deberán recurrir a ellas en más de una ocasión.

Hoy también nos toca transitar por un mundo en pandemia, con una crisis ambiental y - por si fuera poco- con la amenaza de una nueva guerra mundial de dimensiones todavía insospechadas.  Aun así, oscilamos como sociedad entre la percepción de que no es urgente ocuparse de estos temas hasta la resignación de que nada resta por hacer al respecto. ¿Pero es así?

¿Cómo abordamos todo esto? ¿Qué podemos hacer? ¿Qué queremos hacer? ¿Qué sabemos hacer? Las respuestas a estas preguntas exceden a este discurso y a quién les habla, pero las enuncio para señalar la importancia que tiene en esta época nuestra intervención en las decisiones tecnocientíficas. Y para ello, no es necesario manejar en su totalidad los conocimientos propios de una disciplina, sino adquirir la habilidad de juzgar la pertinencia de los proyectos y argumentos de expertos y responsables de toma de decisiones. Y me reconforta saber que tienen las herramientas para enfrentar este desafío que tenemos por delante.

Hoy cierran un ciclo, culminan su vínculo con nosotros como estudiantes y empiezan otros nuevos. Tal vez cuando celebren su reunión de 10 años de graduación nos volveremos a encontrar y nos recordaremos. Lamentablemente el paso de los años no nos hará necesariamente mejores, pero sí nos dará más oportunidades para para poder vivir nuevas experiencias y coleccionar nuevos aprendizajes.    

Un maestro del arte de enseñar alguna vez me dijo que sólo quienes intentan cosas absurdas alcanzarán lo imposible. Y tal vez de eso se trate: avidez por el conocimiento para llegar a cosas absurdas y espíritu crítico para transformar lo necesario en lo posible, aunque parezca imposible a ciertas escalas.

Siempre nos dicen que es bueno acabar un discurso con una cita. Dicen, con razón, que alguien más ya lo dijo mejor antes. Así que escogí una del poeta español Miguel Hernández para compartir con ustedes:

“Aquí me tenéis, para cuanto sea necesario, aunque más necesito yo de vosotros (…). Pero volveremos a brindar por todo lo que se pierde y se encuentra: la libertad, las cadenas, la alegría y ese cariño oculto que nos arrastra a buscarnos a través de toda la tierra”.

Hasta otra vez, queridas y queridos estudiantes, los saludo.

Muchas gracias.