17 de junio de 2018

Evaluar y ser evaluadx en el CNBA: una deuda pendiente con nuestrxs alumnxs

Manuel Sánchez

El 21 de agosto de 2015 tuve el honor de conformar el panel de graduadxs “Exactas en 5 décadas” por los 150 años de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la Universidad de Buenos Aires -FCEN-UBA-. En dicho encuentro, compartí el panel con cuatro graduadxs; Martín Giurfa disertó como representante de la década del 80. Martín fue el presidente del centro de estudiantes de Exactas -CECEN- durante el período 1984-1985. Con el impulso del epistemólogo Gregorio Klimovsky como decano y con el del neurobiólogo Héctor Maldonado como director del Departamento de Biología, el CECEN tuvo un papel clave en la democratización y renovación de la Facultad luego de la última dictadura cívico-militar-clerical.
    Uno de los ejes que más polémica mediática e interna suscitó fue la propuesta de que lxs estudiantes evalúen a sus docentes mediante una encuesta obligatoria al final de la cursada. La primera experiencia de evaluación se realizó en los cursos del segundo semestre de 1984, dentro del Departamento de Biología, y seis años después, en 1991, se generalizó en toda la FCEN-UBA con el proyecto que presentó el consejero por el claustro de profesores Alberto Kornblihtt, ex alumno del CNBA, destacado biólogo molecular argentino y destacado docente. Como el cuestionario estaba dirigido a “(…) a poner en evidencia los vicios más notorios de muchos profesores: desde la falta de actualización científica o la enseñanza dogmática e incluso el desprecio hacia los estudiantes (…)”1, la respuesta no se hizo esperar. Una cuantiosa cantidad de notas periodísticas en diarios como La Nación, Ámbito Financiero e incluso la revista Gente, se indignaron con dicha propuesta, llegándola a clasificar como “terrorismo intelectual”. Sin embargo, no pudieron frenar el proceso que hoy sigue vigente y que permite, a pesar de malos augurios, mejorar el proceso de enseñanza-aprendizaje, del cual fui testigo en mis años como docente de la FCEN.
   En la actualidad el sistema de encuesta es público y abierto y se puede consultar cómo lxs estudiantes evaluaron a sus docentes por materia y a lo largo del tiempo. Además, los resultados acumulados muestran patrones que pueden ser utilizados en los concursos docentes, ya que, en el caso de Exactas, se accede a los cargos docentes por concurso de antecedentes y prueba de oposición.
  Mientras redacto esta reflexión se cumplen 100 años de la Reforma Universitaria. Repensarla nos obliga a considerar y tener en cuenta la participación de lxs estudiantes en toda la vida académica, principalmente en aquellos aspectos que hacen a la calidad de la propuesta pedagógica que reciben. En ese sentido considero necesaria una discusión dentro del CNBA para implementar un sistema de evaluación de los profesorxs por parte de los alumnxs. Ellxs son actores/actrices claves en el proceso de enseñanza aprendizaje y por lo tanto deben evaluar los aspectos pedagógicos de las materias que cursan. Por su importancia, la misma debería ser obligatoria. 

Encuesta propuesta para el CNBA (adaptada de FCEN-UBA)

  Las respuesta a cada afirmación se hará con una escala Likert: No sabe/no contesta (Ns/Nc) y con cinco posibles grados: muy en desacuerdo (1), en desacuerdo (2), ni de acuerdo ni en desacuerdo (3), de acuerdo (4) y muy de acuerdo (5). Para cada afirmación se promediarán los resultados de todxs lxs estudiantes que estarán obligados a completar la encuesta entre el fin de cursada luego de que le profesxr haya entregado las notas en diciembre. Les profesores conocerán sólo los resultados promedios en marzo del año siguiente. Se recomienda que la encuesta sea online y que los resultados los administren lxs Jefxs de Departamento junto con un integrante del equipo directivo.

Profesor/a

1- Asiste normalmente a clases

2- Cumple con los horarios establecidos

3- Mantiene un trato adecuado con sus alumnxs

4- Parece dominar la materia que imparte

5- Sus clases están bien organizadas

6- Explica con claridad

7- Varía las estrategias de enseñanza para asegurar la comprensión, aclarar dudas o atender necesidades individuales

8- Responde con exactitud y precisión a las preguntas que se le hacen

9- Intenta que los alumnos participen en clase

10- Acepta la crítica fundamentada

11- Utiliza en clase material didáctico que ayuda a comprender las explicaciones

12- Incorpora la perspectiva de género en sus clases

Materia

13- Los exámenes se ajustaron a los contenidos programados

14- Las consignas de los exámenes fueron claras y precisas

15- Las correcciones me orientaron para superar dificultades

16- Los notas con las que fui calificado reflejan mi desempeño en la materia

17- Pude conocer y comentar los criterios de valoración del examen

18- Las clases siguieron el programa de la materia

19- La bibliografía fue adecuada para comprender los temas

20- Considero que los conocimientos adquiridos en esta materia son relevantes para mi formación


Referencias

1. Revista La Ménsula, diciembre de 2014, Año 8 - Nº 20. Disponible en: http://digital.bl.fcen.uba.ar/download/mensula/mensula_n020.pdf

14 de junio de 2018

Mirada atenta: Liliana Olázar

Entrevista a Liliana Olazar, profesora y Jefa del Departamento de Química 
“Si nos desesperamos por hacer una reforma en un año, tenemos altas posibilidades de fracasar”

En la segunda entrega de Mirada atenta, ciclo de entrevistas con LA GACETA DEL BUENOS AIRES, conversamos con Liliana Olázar , profesora en el CNBA desde 1987 (cuando ingresó para cubrir una suplencia en sexto año), jefa del Departamento de Química y vicerrectora del Instituto Superior del Profesorado “Dr. Joaquín V. González” entre los años 2012 y 2015 

En la charla, Olázar considera la necesidad de llevar a cabo una reforma del plan de estudios y manifiesta que “cuando uno habla de un plan de estudios habla de una manera de pensar la formación” y advierte que “no podemos hacer ninguna reforma con gente que no esté convencida de ello, porque cuando cierre el aula el profesor va a seguir con lo que hacía antes”.
En este sentido, entiende que “la evaluación (es) el gran nudo que nadie quiere desatar. La evaluación va atada a la acreditación; entonces, a partir de ahí comienzan a moverse otros intereses que exceden la evaluación, ya sea de parte de los chicos, de parte nuestra o de los papás. Eso es lo que a mí me resulta más complejo para pensar porque tiene que ver con un cambio de cabeza”. 
Otro aspecto que menciona es el referido a la existencia de un ciclo básico y otro orientado: “tiene que haber un tipo de especialización en cuarto y en quinto; (…) las materias que conforman la currícula no deberían estar ausentes en ninguna orientación”. Ahondando en este aspecto plantea que “creo en las ciencias coordinadas, en pensar temas en donde puedan confluir distintas disciplinas”.
En la misma dirección, Olázar evalúa que “en un colegio con las posibilidades que tiene éste no hay que cercenar los aprendizajes de ningún área ni de ninguna disciplina”, y propone que los que tengan mayores intereses en algún tema puedan profundizarlos a través de talleres u olimpíadas: “la especialización podría ser algo así”. 
En relación con el área de su materia, postula que “todos los estudiantes de este colegio, toda la población, tendría que saber ciencia, como ciudadanos alfabetizados, porque vivimos en una sociedad científico-tecnológica”.
Al abordar otros aspectos de la vida institucional, como por ejemplo el funcionamiento de los Departamentos, reflexiona que  “no estamos funcionando bien como profesionales” y hace referencia a la falta de homogeneidad que existe entre los docentes dentro de un mismo Departamento.
Por otra parte, deja algunas reflexiones sobre el curso de ingreso (no acuerda con un sistema que proponga algún tipo de sorteo), el rol de los preceptores (“el preceptor tutor podría ser una opción, pero se tendría que pensar muy bien la articulación”) y la Dirección de Orientación al Estudiante (“creo que se avanzó con las tutorías y que la figura del tutor llegó para quedarse”). 
Por último, sobre la Educación Sexual Integral y la cuestión de género  rescata el valor del Curso de sensibilización sobre cuestiones de género de la UBA y plantea las dificultades y desafíos para comprender esta problemática.

9 de junio de 2018

Mirada atenta: Andrea López

Entrevista a Andrea López, profesora de Química y ex Vicerrectora
“Hay que lograr un poco más de homogeneidad en cada Departamento”

En la primera entrega de Mirada atenta, ciclo de entrevistas con LA GACETA DEL BUENOS AIRES, conversamos con Andrea López, profesora en el CNBA desde 1985, ayudante de clases prácticas y vicerrectora entre los años 2007 y 2010.

En la charla -disponible más abajo- López observa que “hay que modificar los programas atendiendo a la diversidad social que tenemos hoy” en el CNBA y realiza una lectura generacional: “hay un problema de comunicación enorme respecto del vocabulario que maneja una persona de 56 años formada en una disciplina muy particular, con un lenguaje muy específico, y el lenguaje que los estudiantes manejan. Hay una incomunicación muy grande. Otra cuestión que estoy notando es el nivel de atención: por más voluntad que le pongan los chicos, por más fantástica que sea tu clase, no pueden sostener los 80 minutos de un módulo”.
Destaca la relación entre docentes y estudiantes como un eje fundamental para pensar la construcción de conocimiento en la institución:  “los chicos están absolutamente expuestos a una multiplicidad de exigencias y de particularidades según el docente que les toca y no me parece correcto que sea así”.  Evalúa que “hay un abuso de exigencia: creo que hay docentes que se posicionan en ese lugar para marcar una distancia” y advierte: “vos podés exigir respetuosamente pero esto no se ve en la cotidianeidad”.
Reconoce la cuestión interdisciplinar como “una deuda” y admite como otra asignatura pendiente la conexión de los contenidos disciplinares con la realidad contemporánea.
Más allá de posibles cambios, afirma que sigue creyendo en un plan de estudios general con una orientación en sexto año, pero remarca: “hay que lograr un poco más de homogeneidad en cada Departamento”. Tras fundamentar la importancia del rol de los Jefes y Jefas de Departamento, sentencia: “la libertad de cátedra es factible en una facultad en donde el alumno puede elegir; aquí no puede elegir”.
Con respecto al curso de ingreso, imagina la posibilidad de un ingreso independiente de la ESCCP y formula que “prescindiría de Geografía e Historia” para profundizar habilidades de lectura y escritura y el pensamiento matemático. “¿Por qué después Castellano y Matemática son las materias que los alumnos más se llevan en primero y segundo”, se pregunta al respecto. También propone la inclusión de “una especie de tutoría vinculada a los modos de aprendizaje” para acompañar el salto de la primaria a la secundaria universitaria.
Anticipa que la aplicación de la ESI será “dificilísima” pues “va a haber muchísima resistencia en algunos departamentos por temor a exponerse a algo nuevo”.
Asegura que “tiene que haber un preceptor por curso”, aunque antes  “debería redefinirse el rol del preceptor” ofreciéndole el andamiaje para poder trabajar. Advierte que “el preceptor tiene que correrse del lugar de cierta comodidad en el que se ha ubicado para involucrarse más”, pero explica que “la gestión actual hizo que se replegaran de esta manera”.
En relación con la tutoría, señala que debe existir una hora asignada de primero a quinto y concluye: “los desafíos con respecto a los alumnos no pasan hoy en día por lo disciplinar sino por la búsqueda permanente del adulto para hablar o confiar. Los estudiantes necesitan un nivel de contención que hoy en día no tienen”.

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Publicación de Mariano Duna en Facebook, a raíz del fallecimiento de la profesora Andrea López el 7 de julio de 2018:

Andrea López fue mi profesora de Química de 3º año el milenio pasado, en 1999. Tal vez algunos de mis compañeros recuerden de ella su look medio Cris Morena o sus pruebas encabezadas por frases optimistas relacionadas con la materia. “La vida es un mol de sueños” es la que recuerdo yo; también recuerdo que un mol es seis-coma-cero-dos-por-diez-a-la-veintitrés.
Diez años después, en diciembre de 2009, cuando la Rectora del ILSE decidió dejarme sin trabajo fui a entregarle mi currículum a la Vicerrectora del turno tarde del CNBA, quien además había sido profesora de mi hermano meses atrás. Semanas después recibí un llamado de la Dirección de Personal para comenzar a trabajar en el CNBA como preceptor. La Vicerrectora del Turno Tarde se llamaba Andrea López.
Andrea López -o Andy Lopi como le empezaron a decir los estudiantes no sé muy bien en qué momento- era una docente apasionada, comprometida, a veces implacable y siempre amorosa. Y esto lo pueden afirmar todos, hayan tenido o no química con ella.
Hace apenas poco más de un mes, con Claudio Acuña y Manuel Alejandro Sánchez, compañeros del CNBA, empezamos a entrevistar a profesoras con experiencia de gestión para el blog "La Gaceta del Buenos Aires". Desde el primer momento Andrea se mostró interesada en participar y nos regaló una charla profunda y entretenida en la que comentó sin problemas ni reparos algunas de sus ideas sobre la educación, el manejo de la institución y el vínculo con los adolescentes. Incluso pudimos conocer -antes y después de la grabación de la entrevista- algunas anécdotas de su vida personal. Porque así era Andrea: sumamente generosa con la información que transmitía.
Ayer nomás, tras una reunión del Consejo de Escuela Resolutivo que Andrea integraba, jugábamos a la política imaginando qué personas podrían presentarse como candidatas para ocupar la Rectoría. Andrea López era una de ellas. Esa posibilidad quedó trunca, pero solo a medias: los que conocimos a Andrea, fuimos sus estudiantes o compañeros de trabajo, sabemos que su forma de pensar y de sentir nos comprometen para el futuro.
Con relación a la entrevista que le realizamos, por suerte pudimos agradecerle a Andrea su claridad y excelente predisposición, para nada usuales en una época en la que el desinterés y la desconfianza entre docentes prevalecen sin motivo alguno. Comparto esa charla como forma de agradecimiento. El homenaje quedará para todo lo que hagamos a partir de ahora.