9 de junio de 2018

Mirada atenta: Andrea López

Entrevista a Andrea López, profesora de Química y ex Vicerrectora
“Hay que lograr un poco más de homogeneidad en cada Departamento”

En la primera entrega de Mirada atenta, ciclo de entrevistas con LA GACETA DEL BUENOS AIRES, conversamos con Andrea López, profesora en el CNBA desde 1985, ayudante de clases prácticas y vicerrectora entre los años 2007 y 2010.

En la charla -disponible más abajo- López observa que “hay que modificar los programas atendiendo a la diversidad social que tenemos hoy” en el CNBA y realiza una lectura generacional: “hay un problema de comunicación enorme respecto del vocabulario que maneja una persona de 56 años formada en una disciplina muy particular, con un lenguaje muy específico, y el lenguaje que los estudiantes manejan. Hay una incomunicación muy grande. Otra cuestión que estoy notando es el nivel de atención: por más voluntad que le pongan los chicos, por más fantástica que sea tu clase, no pueden sostener los 80 minutos de un módulo”.
Destaca la relación entre docentes y estudiantes como un eje fundamental para pensar la construcción de conocimiento en la institución:  “los chicos están absolutamente expuestos a una multiplicidad de exigencias y de particularidades según el docente que les toca y no me parece correcto que sea así”.  Evalúa que “hay un abuso de exigencia: creo que hay docentes que se posicionan en ese lugar para marcar una distancia” y advierte: “vos podés exigir respetuosamente pero esto no se ve en la cotidianeidad”.
Reconoce la cuestión interdisciplinar como “una deuda” y admite como otra asignatura pendiente la conexión de los contenidos disciplinares con la realidad contemporánea.
Más allá de posibles cambios, afirma que sigue creyendo en un plan de estudios general con una orientación en sexto año, pero remarca: “hay que lograr un poco más de homogeneidad en cada Departamento”. Tras fundamentar la importancia del rol de los Jefes y Jefas de Departamento, sentencia: “la libertad de cátedra es factible en una facultad en donde el alumno puede elegir; aquí no puede elegir”.
Con respecto al curso de ingreso, imagina la posibilidad de un ingreso independiente de la ESCCP y formula que “prescindiría de Geografía e Historia” para profundizar habilidades de lectura y escritura y el pensamiento matemático. “¿Por qué después Castellano y Matemática son las materias que los alumnos más se llevan en primero y segundo”, se pregunta al respecto. También propone la inclusión de “una especie de tutoría vinculada a los modos de aprendizaje” para acompañar el salto de la primaria a la secundaria universitaria.
Anticipa que la aplicación de la ESI será “dificilísima” pues “va a haber muchísima resistencia en algunos departamentos por temor a exponerse a algo nuevo”.
Asegura que “tiene que haber un preceptor por curso”, aunque antes  “debería redefinirse el rol del preceptor” ofreciéndole el andamiaje para poder trabajar. Advierte que “el preceptor tiene que correrse del lugar de cierta comodidad en el que se ha ubicado para involucrarse más”, pero explica que “la gestión actual hizo que se replegaran de esta manera”.
En relación con la tutoría, señala que debe existir una hora asignada de primero a quinto y concluye: “los desafíos con respecto a los alumnos no pasan hoy en día por lo disciplinar sino por la búsqueda permanente del adulto para hablar o confiar. Los estudiantes necesitan un nivel de contención que hoy en día no tienen”.

----------------------

Publicación de Mariano Duna en Facebook, a raíz del fallecimiento de la profesora Andrea López el 7 de julio de 2018:

Andrea López fue mi profesora de Química de 3º año el milenio pasado, en 1999. Tal vez algunos de mis compañeros recuerden de ella su look medio Cris Morena o sus pruebas encabezadas por frases optimistas relacionadas con la materia. “La vida es un mol de sueños” es la que recuerdo yo; también recuerdo que un mol es seis-coma-cero-dos-por-diez-a-la-veintitrés.
Diez años después, en diciembre de 2009, cuando la Rectora del ILSE decidió dejarme sin trabajo fui a entregarle mi currículum a la Vicerrectora del turno tarde del CNBA, quien además había sido profesora de mi hermano meses atrás. Semanas después recibí un llamado de la Dirección de Personal para comenzar a trabajar en el CNBA como preceptor. La Vicerrectora del Turno Tarde se llamaba Andrea López.
Andrea López -o Andy Lopi como le empezaron a decir los estudiantes no sé muy bien en qué momento- era una docente apasionada, comprometida, a veces implacable y siempre amorosa. Y esto lo pueden afirmar todos, hayan tenido o no química con ella.
Hace apenas poco más de un mes, con Claudio Acuña y Manuel Alejandro Sánchez, compañeros del CNBA, empezamos a entrevistar a profesoras con experiencia de gestión para el blog "La Gaceta del Buenos Aires". Desde el primer momento Andrea se mostró interesada en participar y nos regaló una charla profunda y entretenida en la que comentó sin problemas ni reparos algunas de sus ideas sobre la educación, el manejo de la institución y el vínculo con los adolescentes. Incluso pudimos conocer -antes y después de la grabación de la entrevista- algunas anécdotas de su vida personal. Porque así era Andrea: sumamente generosa con la información que transmitía.
Ayer nomás, tras una reunión del Consejo de Escuela Resolutivo que Andrea integraba, jugábamos a la política imaginando qué personas podrían presentarse como candidatas para ocupar la Rectoría. Andrea López era una de ellas. Esa posibilidad quedó trunca, pero solo a medias: los que conocimos a Andrea, fuimos sus estudiantes o compañeros de trabajo, sabemos que su forma de pensar y de sentir nos comprometen para el futuro.
Con relación a la entrevista que le realizamos, por suerte pudimos agradecerle a Andrea su claridad y excelente predisposición, para nada usuales en una época en la que el desinterés y la desconfianza entre docentes prevalecen sin motivo alguno. Comparto esa charla como forma de agradecimiento. El homenaje quedará para todo lo que hagamos a partir de ahora.


No hay comentarios.: